quinta-feira, 28 de abril de 2011

Cosas para piensar.


La ola de los sin conceptos.
   Ella estaba sentada en una silla de madera en el medio de su cuarto. Sus hermosas y dulces manos con las guantes blancas estaban puestas por arriba de sus rodillas como si estuviese esperando por algo que ya debía tener empezado a las siete y media.  Marta González no se molestaría con un simple retraso de algunos, pero ya eran once en punto y aún faltaban personas…
   -Mi madre, vamos a comer pastel de fresa, ¡a ti te gusta tanto! Nadie más va llegar. Lo siento…
   -Sí, me aburrí de mirar el reloj…- mientras Gonzales hablaba, pequeñas lágrimas mojaban su vestido amarillo.- Que bueno que ustedes están acerca de mí, no sé qué sería de esa vieja que acaba de cumplir 81 años se…
   -Abuelita, por Dios… no creo que tu seas vieja, ¡aún tienes cabeza de una mujer de 40!
   -Lo siento Pablo, pero los años vuelan… A ver, ¿Juan ni siquiera te llamó por teléfono móvil? Conozco a mi hijo, él no dejaría de venir a esta fiesta por nada en ese mundo… ¡Él es una persona adorable!  
   -Sí.- Paloma, la hija más vieja de la anfitriona, habló sarcásticamente en el oído de su marido, y los dos tuvieran que contener la risa.
   Con pocas fuerzas para mantenerse despierta, Gonzales caminó  hacia la cocina del hogar. Para una vieja como ella ese era el lugar más precioso de toda la habitación; el sitio donde creaba muchas tartas y dulces; la parte de la casa que en que se sentía más confortable; y en donde se quedaba contenta por estar siempre con personas aprovechando sus nuevas creaciones culinarias. No demoró mucho tiempo para Pablo ya coger todas las galletas con relleno de chocolate que aparecían en frente a sus ojos azules… Paloma ya estaba corriendo para así atrapar el hijo, pero su abuela le dio permiso de continuar comendo las galletas.
   Todos calmamente se sentaron y cogieron platos mientras Carolina, la hermana más nueva de la señora Gonzales, daba una gran parte del pastel de fresa para cada uno de los invitados. Todos en la habitación sabían que muchas comidas de la fiesta iban a durar semanas; y la anfitriona se quedaba más triste con esa realidad.
   -Vamos mi hermana, ni siquiera comió un poco…
   -No tengo mucha hambre Arturo, puedes quedarte con mi parte.
   -¡Acepto! Es que yo necesito de fresa, creo que estoy quedándome enfermo…
   -¡No lo necesitas nada Pablo! ¿Por qué siempre que miras una comida que a ti te gusta y no la tienes, usted cae enfermo?- Diana, la más nueva integrante de la familia preguntó para su primo.- Lo conozco muy bien chaval. Solo tengo diez años, pero sé que se quiere hablar una broma para alguien, tiene que ser más convincente, hacer más cara de persona enferma y en ese caso hablar más despacio porque parece que tiene la nariz entupida… Fue lo que mamá dije cuando estaba haciendo luchita con mi papá…
   -¡Diana!
  -Sí, la puerta estaba medio abierta, y yo escuché. ¡A mí me encantan esas cosas de gente grande y que los infantes no lo pueden saber!
   -Por Dios mi hermana, tiene que cuidar más de tu hija… Después los chicos y chicas se van de nosotras y no sabemos al cierto, o se sabemos preferimos no saber… adonde van.
   -Que bueno lo que tú has hablado chiquita. A mí me gusta mucho la manera como habla con los infantes mi amiga.- Arturo hablaba mientras repartía rápidamente su pastel en pequeños pedazos.
   Todos continuaron a comer mientras Diana se molestaba un poquito por la mirada misteriosa de su madre para ella. Aquella fiesta de cumpleaños ya estaba adelantándose hacia case la media noche; y toda oportunidad que los hijos tenían, estaban comendo más…
    Después de la cena, los amigos y familiares de la anciana de 81 años fueran charlar más un poquito sentados en las alfombras de la sala de invitaciones. Gonzales gustaba siempre de tener oportunidad de hablar con diferentes personas; a veces se quedaba triste pues Juan no mantenía un “diálogo amoroso” con ella, pero cuando estaba junto a tus hermanos y nietos, olvidaba las preocupaciones cotidianas.
   -Creo que ya no es temprano chiguita, me apetece tener que volver a mi casa…
   -Me quedo contenta que tenga gustado Arturo, ¿Después vamos a un juego de cartas aquí? También me gusta mucho ustedes.
   -¡Eres adorable mi Diosa! Vamos sí, por supuesto. Ahora, hasta la vista…
   -Hasta, Arturo…
   Después de quedarse sola más una vez en su gran hogar, Marta miró la fotografía de su hijo Juan en una pequeña tabla, y un poco molesta fue se acostar…
   Eran todavía cinco y pico de la mañana cuando un coche prieto y que no parecía barato estacionó, intentando no hacer barullo, en el garaje de aquella casa. Gonzales estaba aún medio despierta cuando escuchó el portón abrir; tenía una pequeña idea de quién podría ser y ya estaba lista de espalda para la puerta cuando la panilla empezó a girar.
   -Mira… mira quien apareció gracias a los cielos. Felicitaciones mi hijo, ¿adónde estaba?
   -¿Qui… qui… quién ere… eres tú? ¿Al… al… alguien apa… ap… apagó la luz? No puedo mirar…
   -Y también miro que no podréis hablar, bebió de nuevo Juan Gonzales…
   -No no no no y… yo be… beb… bebí, no… hab… hables así en la frent… frente de mi no… novia.
   -Déjame pre… presentar, so… soy Sa... Sabrina!; Y... yo te amo!
   -Por Jesucristo, ¡has traído una tonta junto en esa vez! No lo creo, pero…
   -Hola mi tía, ¡perdón! Yo sabía que eso no sería buena idea, no tuve como detener.
   -Siéntate Luice, tu es también muy influenciado por mi hijo a hacer esas cosas. ¡Tienes igual culpa!
   -No señora, ni siquiera bebí…
   Marta tenia certeza de que aquella pelea iba a demorar, y ya perdía cuenta de cuantas veces aquella misma historia aconteció… Él por supuesto iba decir “Perdón, yo no voy hacerlo de nuevo”, pero difícilmente esas palabras podrían cambiar para una verdad. Y además, esa era la primera vez que su hijo tenía traído una “desconocida” para dentro de casa. Mientras Luice intentaba calmar los nervios de la madre de tu primo, la pelea ya estaba cambiando en una gran lucha de familia.
    -…¿Y además Juan Gonzales, olvidó de su novia Patricia? No creo que un hombre ya hecho igual a usted vas caer en trampilla de cualquiera persona… Por los cielos, y aún mucho más nueva.
    -No, no, n… no mamá, Patricia no lo puedes s… sa… saber.
    -¡Si señorita!- Sabrina intentaba mirar fijamente en los ojos de Marta, pero la misma estaba tan loca por el alcohol que solo miraba pequeños bultos.- No podemos dejar que eso s… se su… suceda, d… de nin… ninguna manera… Yo y Juan nos ama… amamos y además puedo s… ser la amante mi… mientras l… la o… otra es la…
    -Los buros siempre van atrás.- Carlo, el hermano más viejo de Luice llegó tras de la puerta.- Mi abuela, ni siguiera yo creo…
    -Ahora no me llame de tu abuela Carlo Dragón,  ¿piensas que me olvidé del pasado? Jamás, te lo sabes… fue usted quién colocó Francisco contra mí, todo porque solo fue más exigente y más cuidadosa… ¡en comparación con tu madrasta actual! Aproveche y hables con tu querido papá que yo jamás puedo olvidar lo que él hizo a mí… me duele aún…
    -Ge… gen… gente, vamos ol… olvidar el ayer.- otra chica; de piel clara; cabello de varios colores y aparentemente 24 años apareció con más algunas otras personas desconocidas.- Ay, pe… perdón déjame presentar… soy Ciara, la nueva enamorada de Luice. Por Dios, no se moleste con nosotros, después…
    Mientras aquella chica de ojos verdes hablaba, llegaban sin aviso más “amigos sin concepto” de Juan… Ironía del destino, Marta pensaba cuando recordaba aquellos momentos felices de sus cumpleaños que se cambiaron en tiempos de tormenta gracias a las novedades inesperadas.
    Después de transcurrido un chiquito tiempo de peleas sin ganadores, la señora Gonzales fue más una vez abatida por el enfado. Rápidamente pensó en quién podría llamar por teléfono para quedar de supervisión en aquél hogar y llamó  Mateo; una de las personas más amigas y responsables que conocía. Sin decir nada a nadie cerró la puerta de su cuarto y se acostó.




Davi Dumont Farace.              
Principio:  17/04/2011
Final:  20/04/2011      

Um comentário:

  1. Davi,
    Gostei tanto do seu blog que meu entusiasmei a fazer o meu, que estou lhe enviando: www.poesiasdamarilu.blogspot.com
    Obrigada pelo carinho. Marilu

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